La sociedad de la cultura azteca experimentó profundas
modificaciones a lo largo de su corta historia al transformarse poco a poco el
igualitarismo de los primeros tiempos, consecuencia de la orientación militar y
los grupos de parentesco, en la estructura social descrita por los soldados
españoles.
En principio, pueden diferenciarse dos grandes clases sociales: la
noble y la plebeya. Teóricamente, los miembros del grupo inferior podían
ascender al superior y viceversa, pero en la práctica la movilidad social era
inexistente.
La Nobleza
El sector dominante estaba formado por capas sociales de
diversa procedencia encabezadas por el linaje real descendiente del primer
tlatoani (Orador) o rey mexica.
Le seguían en poder y prestigio los tetecuhtin (Señores),
nobles de alto rango que se habían hecho merecedores del título por los
valiosos servicios que prestaron al Estado.
Los Señores poseían
enormes extensiones de tierras en los lugares conquistados que se cultivaban
mediante siervos y ocupaban los cargos más elevados del gobierno de la nación.
El rango no era hereditario, si bien los hijos de los tetecuhtin podían
sucederá su padre cuando demostraban poseer los requisitos necesarios.
El tercer bloque estaba formado por los pipillin (literalmente
Hijos), quienes, como su nombre indica, estaban emparentados con los monarcas y
los tetecuhtin. Constituían la gran masa de la nobleza y sin ellos el imperio
no hubiera podido funcionar, dado que todos los puestos intermedios de la administración,
la magistratura, el ejército y el sacerdocio eran ejercidos por
pipiltin. Estos nobles tenían derecho a poseer una o más parcelas del
latifundio familiar.
Los cuauhpipiltin (Hijos del águila) constituían el último
escalón de la clase noble. Se trataba de guerreros o mercaderes procedentes de
la clase plebeya que habían logrado franquear la barrera social gracias a
sus dotes militares o a su habilidad comercial. Estos méritos les
daban derecho a disponer de la producción de un pequeño lote de tierras que se
les entregaba para su sustento, a contraer más de un matrimonio, y a quedar
exentos de la obligación de tributar en especie o en trabajo al tlatoani.
Los cuauhpipiltin, sin embargo, no eran bien vistos por los
aristócratas de sangre, que les prohibían lucir determinados adornos reservados
a la nobleza, recordándoles así lo bajo de su cuna.
¿Si pudieses ser militar o comerciante para lograr después de un tiempo ser cuauhpipiltin lo habrías hecho?
Los Plebeyos
La clase dominada carecía de la homogeneidad que
caracterizaba al estamento plebeyo de otras sociedades precolombinas. Había
tantas diferencias económicas e incluso jurídicas que conviene diferenciar al
menos tres estratos: superior, medio e inferior.
Estrato Superior
El primero lo integraban
los pochteca, comerciantes
dedicados a la exportación e importación de los productos de lujo
consumidos por la élite dirigente. El carácter semioficial de su profesión, que
les llevaba a veces a actuar como espías, les proporcionaba grandes riquezas y
la gratitud del Estado. Los pochtecatenían derecho a tribunales,
fiestas y emblemas particulares; pero no estaban libres de entregar fuertes
tributos, lo cual señalaba su pertenencia a la clase plebeya. Algunos artesanos
especializados en la elaboración de los artículos de lujo gozaban de una
posición similar.
Estato Medio
Por el contrario, la inmensa mayoría de los macehualtin (Merecidos)
se situaba en el escalón intermedio. Su profesión dependía del lugar donde
residiesen: los que vivían en las áreas rurales o en los suburbios de
Tenochtitlán se dedicaban a la agricultura; los de las ciudades al comercio al
por menor, a las artesanías o a los servicios (médicos, parteras, barberos,
etc.). Los macehualtin tenían rigurosamente prohibido poseer
tierras en propiedad. Además, debían pagar impuestos, cumplir el servicio
militar y trabajar gratis en las construcciones públicas.
Los plebeyos se organizaban en calpultin (singular
calpulli) o barrios. El calpulli fue originariamente un grupo de familias
emparentadas entre sí que cultivaban la tierra de manera comunal y estaban
subordinadas a un jefe, el calpuUec. Esta institución, típica de las sociedades
agrícolas preaztecas, se convirtió en Tenochtitlán en una simple demarcación
territorial con funciones económicas, administrativas, militares y educativas.
Estrato Inferior
Los mayeque (braceros) y los tlatlacotin o
esclavos constituían los estratos inferiores de la sociedad de la cultura
azteca. Los primeros cultivaban las tierras de los nobles y estaban adscritos a
ellas. Al igual que sucedía en la Europa medieval, los mayeque formaban parte
del latifundio y se heredaban o compraban junto con el resto de la propiedad.
La categoría de siervo pasaba de padres a hijos e incluía, entre otras muchas
cargas, la obligación de servir en el ejército, de hacer las tareas domésticas
de la casa del Señor, y de entregarle una parte de la propia cosecha. Los tlatlacotin, denominados impropiamente esclavos
por los cronistas españoles, gozaban de una posición jurídica que les hacía más
semejantes a los siervos del Medievo que a los esclavos de la antigüedad
clásica. Así, podían contraer matrimonio con personas libres, sus hijos no
heredaban la condición de esclavo y tenían derecho a poseer propiedades
(esclavos incluidos). Las causas que conducían a la esclavitud eran dos: la
pobreza, que impulsaba a algunas personas a venderse a sí mismas, y
la condena por robo u otro delito.
¿Cuál crees que podría haber sido la solución a la división tan cruda de clases sociales? ¿Qué se podría haber hecho para cambiar ese paradigma?
Economía
El tributo, la agricultura y el binomio artesanía/comercio
constituían los tres pilares de la economía de la cultura azteca. Cada uno era
indispensable para los otros y su desarrollo dependía directamente de la guerra
La Agricultura
La agricultura de la cultura azteca estaba perfectamente
adaptada al medio ambiente. En las zonas secas se construyeron centenares de
canales de riego para aprovechar las aguas de los lagos y ríos; y en las
lagunas, donde no se podía cultivar, se crearon infinidad de chinampas,
islotes artificiales de cieno apuntalados en sus esquinas con sauces acuáticos
que daban dos cosechas anuales.
Las chinampas, al igual que las restantes
tierras, se dividían en tres grupos según su poseedor: comunales,
estatales y privadas. Las primeras pertenecían al calpulli y se entregaban
en usufructo a los miembros del barrio para su cultivo individual. Las segundas
eran propiedad del Estado, quien las explotaba directamente o mediante arriendo
para sufragar los gastos del palacio, la justicia o el ejército. Las terceras
estaban en manos de los nobles y podían venderse junto con sus mayeque siempre
y cuando el comprador fuese miembro de la nobleza.
La posesión de la tierra permitía a los pipiltin dedicarse
íntegramente a la guerra, gracias a la cual se obtenían enormes cantidades de
objetos exóticos, materias primas o productos de primera necesidad. La mayor
parte del tributo de los pueblos sometidos se empleaba en el mantenimiento de
la corte, del ejército, de las fiestas religiosas, de los obreros y del pueblo
en época de malas cosechas; el resto se entregaba a los artesanos para su
transformación en productos de lujo, que a su vez se exportaban a otras áreas
de Mesoamérica.
¿Qué te parece el sistema de agricultura natural que utilizaron los aztecas?¿El cómo aprovechaban los medios que la naturaleza les proveía para poder surgir económicamente?
Comercio
Esta economía, de marcado corte imperial, exigía un activo
comercio, cuyas rutas cubrían desde las costas del Pacífico hasta las del Golfo
de México. Por eso los pochteca gozaban, como hemos visto, de
un fuerte prestigio social. La actividad de los mercaderes no se limitaba al
territorio controlado por la cultura aztecas. La demanda de cacao, plumas de
quetzal y otras materias tropicales llevaba a los pochteca a los lejanos
mercados de Xicalanco, en el Golfo de México, y Xoconochco, en la costa
pacífica, importantes centros comerciales donde se intercambiaban las
producciones del Altiplano y del área maya.
Algunos bienes suntuarios se distribuían paralelamente a
través de la red de mercados locales o regionales. En los tianguiz,
que se celebraban cada cinco o veinte días, se vendían todo tipo de mercancías
y se ofrecían los servicios de muchas profesiones. Una corte de 12 jueces,
presididos por un representante de los pochteca, y un ejército de funcionarios
se encargaban de impedir los fraudes o de resolver los litigios.
Las compras se hacían a base de trueque o, lo más frecuente,
con moneda. El sistema monetario mexica se diferenciaba bastante del
occidental, pues los valores de cambio más frecuentes eran las semillas de
cacao y las mantas, cuyo valor dependía de su tamaño y calidad. Al respecto
interesa señalar que las mantas suponían una elevada porción de los tributos
recogidos.
Organización político-administrativa
La mayor autoridad de Tenochtitlán era el Huey
tlatoani (Gran orador), quien acumulaba en su persona el poder
ejecutivo, legislativo y judicial. También tenía las máximas competencias en el
campo religioso, si bien, a diferencia del Inca del Imperio
Incaico, sus súbditos no le atribuían carácter divino. El cargo pertenecía a
una familia, aunque no pasaba de padre a hijo, sino de hermano a hermano.
Cuando fallecía el último hermano vivo, le sucedía uno de los hijos del hermano
que reinó en primer lugar.
El Huey tlatoani contaba con la ayuda del
cihuacóatl (Serpiente hembra), un virrey o visir que ejercía la regencia en
caso de ausencia o muerte del monarca. El rango de cihuacóati se heredaba y
entre sus funciones estaba la de presidir el tribunal más alto o de última
instancia, así como la supervisión de los distintos consejos: el militar, el
judicial y el económico. Este último consejo, situado en una sala del palacio
imperial llamada petlacalco (Casa del cofre), dependía
directamente del virrey y se encargaba de todo lo relacionado con la
movilización de la mano de obra, los tributos y las obras pú-blicas. Los
responsables de las distintas comisiones formaban el Consejo Supremo, organismo
que. junto con otros altos dignatarios, constituía el cuerpo electoral
encargado de seleccionar al nuevo tlatoani entre los distintos candidatos.
Fuente: http://lahistoriamexicana.mx/antiguo-mexico/cultura-azteca-mexica
Recuerdo que durante mi enseñanza básica tuve una profesora de historia que sabía mucho sobre estos imperios y hablaba con tanto entusiasmo que siempre recordaré que estos imperios fueron los más grandes y con una inteligencia inigualable, tal como se menciona, por ejemplo el sistema de regadío que inventaron para poder cosechar en zonas secas.
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